Todos vivimos en un submarino celeste

solos en las profundidades
Torpedo 1:
Latas (fecha de vencimiento)

Toda la idea del submarino tiene algo de inquietante. Meterse en una lata de arvejas y sumergirse ochocientos metros no es uno de los skills con los que venimos de nacimiento. Claro que volar tampoco, pero de alguna manera nos arreglamos para confiar en los aviones. Quiero ver cuantos de ustedes acepta cruzar el atlántico en un reluciente submarino.

Torpedo 2:
Presión (atmosférica)

La formula dice que por cada metro descendido la presión se incrementa de manera geométrica. A los dos metros los oídos empiezan a generar unos ruiditos molestos y empezamos a sentir que no estamos hechos para las profundidades.
Diez metros más allá perdemos noción de nuestros ojos. Sin ningún tipo de protección es imposible ir más allá de los 50 metros. Los submarinos actuales superan enormemente ese piso.

Torpedo 3:
El océano (la frontera final)

Piccard es el primer hombre que exploró las catacumbas marinas. Nadie antes había llegado donde él llegó. En un claro homenaje a su leyenda, el capitán del Enterprise, la nave insignia de Star Trek se llama Piccard. Es que no hay nada más parecido a una nave espacial que un submarino. Todo el contacto directo con el “afuera” de la nave, mata.

Torpedo 4:
We all live (in a Hollywood Submarine)

No puedo evitarlo. Si entro a un videoclub y hay una nueva película de submarinos es imposible que la deje en el estante. Es orgánico, no hay otra explicación que esa… tengo una compulsión genética que me lleva a alquilar toda película de Subs que se me aparezca delante. Nunca vi una en el cine, parece que no tiene que ver con la sala sino con la angustiante soledad del video. Algunas recomendaciones:


  • La caza del octubre rojo: De la nueva guardia, el clásico de los clásicos. Rusos que todavía eran rusos desertan en el más nuevo de los submarinos K (que no tienen que ver con nuestro K, sino con el modelo ruso de Subs) Sean Connery hace de ruso que habla un escocés cerrado. Alec Baldwin interpreta un Jack Ryan menos Fordiano que el de Harrison y Sam Neil se lleva todas las palmas en su papel de segundo de a bordo ruso. Aparece James Earl Jones con su voz de Darth Vader/Mufasa/ThisisCNNinternational.
    Lo cual confirma la teoría… Darth Vader podría manejar un submarino igual de bien que a la Estrella de la Muerte StarsWarsiana.

  • Alerta Roja: Denzel y Gene Hackman peleándose por quien la tiene más grande a 1600 metros de profundidad. El que se equivoca puede llevar sobre sus hombros un invierno post-nuclear. Los submarinos son el sitio perfecto para tratar temas de poder dentro de una estructura. Comen juntos, se ven las caras, es el menos sutil de los escenarios.

  • K-19 the Widowmaker: Vuelven los K, vuelven los rusos. Si no les alcanzó con Connery, Harrison Ford luego de vencerlos en varias películas, se pone en la piel del Capitán kkkk, todopoderoso del nuevo K-19. Problemas con el reactor nuclear y… pum. Afuera agua y muerte, adentro radiación y muerte. ¿A quién querés más? ¿A mami o a papi? ¿Cómo preferís morir? ¿Ahogado o envenenado por la radiación? Excelente Liam Neeson en el siempre conflictivo segundo de a bordo.

  • U-571:Los rusos ceden el trono de maldad a los alemanes de la segunda guerra. Un grupo de yanquis se meten en un Uunterboat germano averiado para robarles la máquina Enigma, decodificadora de los mensajes de la guerra. Como siempre algo malo pasa y su propio submarino es hundido. Deberán atravesar el atlántico en un submarino desconocido, con manual de instrucciones en alemán y para colmo sin motores.


Torpedo 1 (de popa):
¡No pudo armarse! (Salvados por un pelito)

Hay una vieja treta que usan todos… Harrison, Sean Connery… hasta Harvey Kaetel en la de la segunda guerra: Acercarse al submarino opuesto que acaba de lanzar un torpedo. Así no le da tiempo al “armado” del Torpedo. Si no está armado se convierte automáticamente en un inofensivo buscapié bobo. Luego de la tensión, la tripulación entera festeja y el Capitán dice: “la próxima vez tendremos menos suerte, lo lanzaran armado”. Ok… si hay posibilidad que se disparen armados… ¿Por qué siempre le dan changüí para esa maniobra en el primer y sorpresivo ataque? Si alguien puede, por favor respóndame. Igualmente no hay nada más emocionante en una película de submarinos que el hombre del radar poniendo cara de terror profesional y diciendo “¡torpedos en el agua acercándose por las mil
ochocientas!”


Torpedo 2 (de popa):
Avenida Warnes (ahí nomás de la plaza roja)

Primero el K-25, luego el Kursk, la semana pasada el K-131… ¿Los Rusos no estarán perdiendo demasiados submarinos? No soy un experto ni un paranoico… pero no hay que ser Tom Clancy o Grisham para darse cuenta que la Avenida Warnes de los
submarinos rusos
está a full. ¿Para cuando un Bin Ladden
cabalgando uno de estos bichos? Si fuese Star Trek, Bin Ladden bien podría ser un Klingon… esos corpulentos guerreros que toman sangre de Noj y comen serpientes crudas mientras cantas sinfonías proto-wagnerianas.
Hollywood o CNN, que alguien se haga cargo (mejor Hollywood que cada vez que inventan algo para la CNN nos sale más caro a todos) y desarrollen esta idea, puede ganar millones.

Periscopio:
Paint in blue light (Lennon)

Todos vivimos en un submarino celeste llamado Tierra. Llamar “tierra” a un planeta compuesto básicamente por océanos fue una genialidad de nuestros antepasados. Recorremos un espacio hostil mirando desde nuestros periscopios el mundo que nos excede allá afuera. Cada tanto un astrólogo inglés avecina un choque contra otra nave. Después lo niegan, no es cuestión de jugar a la lotería cósmica y que salga tu billete. Al igual que en los submarinos sólo podemos ocupar el 2.4 % de la masa terrestre. Ni las profundidades ni los cielos. Una delgada franja de 10 kilómetros nos acoge. Me gustan las películas de submarinos, son películas
de humanos. Me gustan los humanos… de vez en cuando se parecen a
nosotros.

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