Requiem


Requiem aeternam
Dales el descanso eterno, Señor,
y que la luz perpetua los ilumnie.
Mereces un himno, Dios, en Sion
y te ofrecerán votos en Jerusalen;
atiende mi oración;
todos los cuerpos van a tí.

El Requiem es una de las formas musicales mas extrañas.
Es, básicamente, música para despedirse de la vida. El puente sónico que nos llevará del otro lado del camino. Pese a los esfuerzos de Victor Sueiro, no tenemos muy claro que nos espera, pero indudablemente, siempre es mejor llegar con clase. Y con Requiem.

Dies irae
Día de ira aquel día
en que los siglos serán reducidos a cenizas,
como profetizó David con la Sibila.
¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando venga el Juez
a exigirnos cuentas, rigurosamente!

Si bien, según los periodistas más avezados dicen que hay que tener aunque sea dos fuentes fidedignas para publicar una nota, Wasted Talent contará una historia de la cual sólo hay una fuente y bastante elíptica: El Corán.

Parece ser que Satanás, uno de los alias elegidos por un sujeto denominado también "Angel Caído", "Lucifer", "Beelzebú" y "Zupay" parece habérsele aparecido al profeta Abraham en un paraje llamado "Valle de Mina". La reunión entre tan grandes personalidades no fue extensa. Charlaron en tono cordial y luego Abraham y sus hijos (asociación ilícita lo llamarían ahora) levantaron guijarros del suelo y apedrearon al maligno Satán.


Tuba mirum
El sonido maravilloso de la trompeta
retumbando por los sepulcros
reunirá a todos ante el trono.
La naturaleza y la muerte se asombrarán
cuando resuciten las criaturas
para responder ante el Juez.
Y por aquel profético libro
en que todo está contenido
el mundo será juzgado.
Cuando el Juez se haya sentado
todo lo oculto saldrá a la luz;
nada quedará impune.
¿Qué podré decir yo, desdichado?
¿A qué protector invocaré,
cuando ni los justos están seguros?

En la madrugada del domingo, los primeros peregrinos musulmanes comenzaron a llegar al valle de Mina donde, a lo largo de 272 metros, está emplazada el jamrat ul’aqaba, las tres piedras de 18 metros de altura, que simbolizan al mal. La tradición indica que cada uno de ellos debe tirar siete cascotes por día de la semana para, de esta manera, renunciar al mal. O lo que es lo mismo, al odiado Lucifer.

La crónica periodística dice que había una fila de personas a lo largo de 400 metros y en un momento la gente comenzó a apretujarse, los que estaban más cerca se cayeron y luego cundió el pánico.

Murieron 244 personas.

Hasta ahí, la noticia.

Rex tremendae
Rey de majestad tremenda
a quienes salves será por tu gracia,
sálvame, fuente de piedad.

¿Quién es este Dios, Judeo-cristiano-musulmán que demanda muerte? ¿El ritual no está completo hasta que el agua no se tiña de rojo? Las religiones parecen ser manuales de buenas instrucciones bajo la órbita de un Señor implacable.

Ojo, que no parezca que me tiro contra Él. Este humilde escriba no se siente, ni soberbio ni idiota como para buscar tamaño rival. El asunto es mucho más simple... ¿Cuándo se dieron vuelta las cosas? ¿Cuándo empezamos a rascarnos donde no nos picaba?

Confutatis
Rechazados ya los condenados,
y entregados a las crueles llamas,
llámame con los bienaventurados.
Suplicante y humilde te ruego,
con el corazón casi hecho ceniza:
apiádate de mi última hora.

Fahd al Sa`ud, Rey de Arabia Saudíta, aquel al que podría aplicarsele la frase "queda bien con Dios y con el Diablo si Bin Laden o Bush pudiesen calzarse el sayo divino, comentó acerca de la masacre producida en el valle de Mina lo siguiente: "Los muertos lapidando al diablo, irán al cielo eterno en donde serán recibidos como mártires. Bajo esta concepción, compartirán las vírgenes con los hombres-bomba.

Lacrimosa
Día de lágrimas será aquél
en que resurja del polvo
el hombre culpable para ser juzgado.
Perdónale pues, oh Dios,
piadoso Señor,
dales el descanso. Amén.

Atenti al piojo, no estamos focalizándonos en la nación del Islam, una de las religiones más humanísticas y modernas que existen. Poseedora del Corán, un libro hermoso más alla de los valores que profesa. La inquisición, las cruzadas, las torturas en nombre de la Fe... Dios exige sangre, y sangre tiene.

Sanctus
Santo, santo,
santo es el Señor Dios de los Ejércitos.
Llenos están los cielos
y la tierra de su gloria.
Hosanna en las alturas.

Cierta religión del Tigris, que coexistía con la gran Babilonia, posee una trampa bastante interesante. Esta diseñada como si se tratase de un siniestro capítulo de la serie "La Dimensión Desconocida". Akhû Rud, su dios del bien, se lo representa con una máscara puesta. Debajo de la máscara, está la verdadera cara, la de Ragusat, el genio del mal más infécto. Otra vez el bien y el mal comparten departamento. Sin embargo, en el estomago de Ragusat, se encuentra Yuj, la niña-diosa de la creación y la destrucción, que barre con todo para comenzar otra vez.

Toda destrucción es creadora, salvo la humana.

Lux aeternam
La luz inextinguible brille para ellos, Señor,
con tus santos por toda la eternidad.
Porque eres misericordioso.
Descansen por siempre.

Por tanto Talento Desperdiciado, caído en la cuenta inutil de muertes innecesarias, por tanto martir perdido y tanto dolor acumulado, por tanto ejército matando por la vida, y por qué no, por tanto Requiem, por tanto Brahms, Mozart, Verdi y demás que le han puesto música a este intento infructuoso de nota...

Amén (pero sin sangre)

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