Chesucristo

Uno:\\ Se me olvidó que te olvidé
Ernesto Guevara de la Serna nació como uno más, creció como unos cuantos, vivió como unos pocos y murió como ya sabemos. El verbo se hizo carne... y encarnados alcanzó el cielo.

Claro que en esto de encielarse, en una de esas Don Ernesto perdió su batalla más importante, esa donde las balas sirven de poco y un enunciado vale más que tres meses en la selva: su legado cultural dista enormemente de lo que el hubiese querido.

Dos:\\ La Soledad

Nunca me gustó demasiado el Che Guevara. Y digo "demasiado" porque a nadie con menos de ciento cuarenta años y que se encuentre a la izquierda de Hitler y Pinochet puede no caerle bien. Es, como Sandokan, Jesús o Güemes (todos de barba, claro), el prototipo del heroe último. El más arriesgado, el que deja una vida de tranquilidades para emprender la aventura y no volver hasta caer a manos de los guachos de turno.

Un hombre que se hace a si mismo porque nadie está preparado para hacerlo, si no es el mismo. Un Super hombre, que no se rinde hasta el último instante.

Tres:\\El Necio

Por las mismas razones que maravilla, se me van las ganas de admirarlo.

Claro que, impiadoso lector, puedes comentar al momento de leer estas líneas: ¿Y que catzo me importa chaval que tu lo admires o lo detestes?

Pero la lectura es así, y mientrás sigas leyendo, soy el amo de mis palabras y esclavo de mis (pocos) silencios.

Cuatro:\\I will Survive

La ecuación parece clara a esta altura del partido. Mientras más dogmático sea el mensaje, más reverberá en el tiempo. Las religiones saben de eso y de camuflarse en los nuevos ritos para sobrevivir al cambio de los tiempos. Guevara (y el genio del marketing Castro Ruiz, se descuenta...) armaron un personaje impiadoso, sin mácula alguna, una foto (copiright by Alberto Korda Gutierrez) que define al mito. Vamos, que la conocen todos: Vista al frente, frente clara, clara conciencia, conciencia empecinada, empecinada voluntad, voluntad asesina, asesina y... shazam! el mito ha nacido y nos sobrevivirá, como el aguila andina al Aconcagua.

Cinco:\\Ya nadie escuchará tu remera

Es que el Che, es un super hombre nietzcheano. En Cuba lo saben y viven de la iconografía pseudoreligiosa... Chesucristo vive y saluda desde cada edificio, cada pared, cada estampita, cada remera.

¡Seremos como el Che! es el copy que culmina el anuncio mejor logrado de la hermosa isla. Y como el Che, no se puede ser... Ya lo dijo Don José de San Martín, otro que sabe de monumentos y billetes: "Serás lo que debas ser, o no serás nada".

Nada somos y todo es él. El mito del SuperHombre ha regresado (y pide sangre, o al menos tinta).

Da lo mismo si se es el Rey Arturo, Keith Richards o un jóven médico de familia acomodada rosarina... A mito puesto, violín en bolsa y a otra cosa.

Seis:\\Mariposa

A veces imagino una revolución Cubana más Camilezca que Guevarista, una guerrilla argenta más cercana a los Walsh y Urondo que a los Firmenich y Perdía, una primavera de Praga sobre el otoño de Belgrado y me pregunto si algo hubiese cambiado.

Ayer vi Good Bye Lenin, del alemán Wolfgang Becker, una película hermosa en la idea y un poco remolona cerca del final. El protagonista, un jóven cabalgando entre la Alemania Democrática (quizas el oxímoron más delicado que dió el siglo XX) y la reunificación, que tiene la ingrata tarea de recrear un país que ya no existe para su madre enferma. No voy a contar el final ni de que la va, pero la mirada de la madre cerca del fín, dice mucho más de lo que puede decir cualquier proclama sobre el socialismo. Guevarista o no.

Por supuesto, la madre tiene en su cuarto el Poster de Korda. El mismo que Vicentico, la hija de Bush y la banda de hip-hop Black Eyed Peas han vestido con ganas.


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