Los norteamericanos tienen una pregunta contundente cuando se trata de evaluar candidatos a presidente: ¿Le comprarías un auto usado?
A Raul Ricardo le iria a revisar el auto con mi mecanico. Seguro que me engañaba con el tono campechano y lo compraba.
A Carlos Saul estoy seguro que hubiera intentado no comprarle, pero su carisma y trato me hubiese empomado un auto sin motor.
¿Y Fernando? A Fernando no le hubiese comprado ni un chupetín bolita. Sin embargo lo elegimos presidente con el 52% de los votos.
La plancha
La táctica preferida de Fernando era la plancha. Hay gente que no encuentra una sola buena idea en toda su vida. Fernando la tuvo. Se dio cuenta que hay veces que lo único que hay que hacer para que algo cambie, es nada. Absolutamente nada. Fernando fue un fundamentalista: aplicó esa idea toda su vida.
Y así llegó a donde llegó. Y así se fue de donde se fue. En una niebla de acusaciones de inactividad perpetua con tendencia bajista.
Que cuatro años no es nada
Hoy cerraría el período correspondiente al mandato de Fernando. Rectifico: Hoy cierra el período correspondiente al mandato de Fernando. Pero Fernando es historia antigua, huele a polilla y quedo en los sueltos de las pàginas 27 de los diarios, cuando alguna causa se reactiva un ratito, sólo para recordarnos de lo equivocados que estamos. Una y otra vez, la balanza se corta por lo mas grueso. Fernando sigue haciendo la plancha.
Que pase el que sigue
Nestor viene con impetu. Demasiado quizás. Pero con impetu. Le auguraban 100 dias de romance y casi llega al doble. Ahora que empieza su mandato, la mayoría silenciosa espera que se equivoque. Sólo para darnos el gusto.
Parece un tipo decidido a equivocarse desde la acción. No lo imagino haciendo la plancha. El auto no se si se lo compro, pero que se lo pido prestado, seguro.