Sierra Viajera
“Me he enterado que el DF esta lleno de meras güeras argentinas… ¿Tú sabes como hacer para contactarme y traer alguna?”
Gustavo Sierra pasó de los áridos desiertos de Irak a los áridos desiertos de Sonora. De los Fedhayines de Saddam a los Tucanes de Tijuana. De los pozos petroleros a los Cactus proveedores de nopalitos.
El multimedia de Nuestra Señora de los Clarines, Doña Ernestina Herrera de Noble se dio cuenta que Sierra está más afilado en la ruta que en la redacción y lo mandó a cubrir una de los fenómenos más denigrantes y morbosos de América: el Cruce de frontera de los “espaldas mojadas” desde México al Imperio.
Algo le salió mal a Nuestra Santísima señora y su gente. Fueron en búsqueda de la humillación mexicana y se encontraron con un charro abrillantado, esos que protagonizan Narcocorridos que busca chicas jóvenes argentinas para bailar en sus norteños table-dances.
Torazo en rodeo ajeno
“Pos si lo que te pido no es que le entres al negocio… tu me das unos cuantos números de teléfonos… ¡Y a las viejas las convenzo en chinga!”
Las mujeres argentinas fascinan a los mexicanos. Son de la tele.
Hace algunos años recibí a un cuate mexicano en Baires. En cuanto salimos del hotel, los ojos se el iban de la cara. En cada esquina me preguntaba… ¿Esa sale en la tele? ¿Y esa? ¿Y aquella? Las Thalías no se encuentran en la calle, están en la tele. Buenos Aires como un reality show total en donde concursan las mujeres más lindas del mundo.
Claro que no solo alcanza con la belleza. Hay dos atributos más que llaman a los mexicanos a importar carne argentina para sus exothic dancers… El primero de ellos podríamos denominarlo SRG.
Síndrome del Rock del Gato
El SRG define por naturaleza a la mujer argentina. Pongan en cualquier disco, boliche, antro o fiesta privada la insignie canción/bandera de Juanse y sus ratones paranoicos y verán de que les hablo. No hay argentina que no fantasee con menear sus largas piernas alrededor de un palo dorado mientras las retinas masculinas explotan cual lobo de dibujito animado. Claro que con la belleza y el SRG no alcanza… falta el combustible.
¡Lana!
Lana, guita, viyuya, billete, morlaco… Toda América Latina esperó pacientemente más de diez años para devolver el retruécano. Un peso convertible atadito al dólar hacía que la habitual soberbia argie en el exterior llegue a límites impensados.
Escenas de la vida argie (circa 93)
¿Vas a Cuba? a la vuelta de los hoteles están las jineteras… son como putas pero que no te cobran ¿Entendés papá? le regalas dos boludeces, que se yo, le llevas un cachito de maquillaje y no sabes como te las montás… además ni que cuidarte tenés, porque como el maestro de Fidel cerró la isla, el SIDA no existe. La pasás de lujo ¿entendés?
El que ríe último
Nadie sabe quién ríe último en la tómbola latinoamericana. Quizás mañana cae otro o sube argentina. No es lo que importa tampoco. Los argentinos llevamos dos años acostumbrándonos a limpiar los inodoros de los europeos, a repartir los diarios de los norteamericanos… y a bailar en las lascivas mesas de los narcos del norte mexicano.
Un pequeño cambio de letras
¿Cuál es la diferencia entre humildad y humillación? ¿Cuánta distancia hay entre aprender que no somos los dueños del mundo y sufrir la penuria de ser un pueblo derrotado? Las respuestas en la página de al lado. En WT nos pusimos a escribir por tener las preguntas y no las respuestas.
Quiero verla en el show
En Sonora, en Chihuahua, en Ramos Mejía o Caballito. En Cemento o Pachá. En Mallorca o Ibiza.
En cualquier lugar del mundo, sobre tablas, sobre mesas, sobre parlantes o las más privadas mesas de luz, que nunca nos falte, que nunca nos oculten, que nunca nos prohíban a la Mujer Argentina, gata siamesa por excelencia. Gata en su rodeo y Pantera en rodeo ajeno. a la Gran Mujer Argentina, ¡Salud!
