El futuro llegó hace rato

2001
Dosmiluno. Así, todo junto. Así sonaba el futuro cuando éramos chicos. 2001 era una odisea en el espacio. El futuro nos sonaba a Strauss y Zarathustra hablaba a través de Stanley Kubrick.

En el Dosmiluno el espacio era nuestro. Problema, sí. Pero nuestro problema.

La película es de 1968. Kubrik puso el hombre en la luna un año antes que Lindon Johnson y son mucho más creíbles las imágenes Kubrikas... será por eso que hay gente que hoy en día sigue creyendo que la NASA filmó las misiones Apolo en un set televisivo en el Desierto del Mohave.

En el evangelio según Kubrik (y su profeta Arthur C. Clarke, claro) El 2001 nos regalaba el descubrimiento de la llave del universo. Del monolito pre-existente, arañado hasta el cansancio por el primer homo-erectus. Aquel que nos iba a enseñar de que la iba toda esta historia.

Lo único que nos trajo el 2001 fue la caída de los monolitos gemelos de cristal norteamericano y a un presidente escapándose en helicóptero. Quizás arriba del helicoptero sonaba Danubio Azul, quien sabe.

2000
Los supersónicos y el sueño de la nave propiaSi de futuro hablamos, hablamos del 2000. Dos mil era la meta. "¿Papá cuándo es el futuro?" "En el año dosmil, hijo..." "¿Y falta mucho?" No mi niño... ya pasó.

Nos prometieron relojes-videotelefonos, robots limpia casas y perros electrónicos, naves espaciales y pizzas del tamaño de un maní que se convertían en suculentas napolitanas con dos gotas de agua y un agrandador molecular. Nos prometieron autos eléctricos y sin gastos. Casas en las alturas a la que se llegaban en unas plataformas voladoras.

Sony vende un molesto y torpe perro electrónico. Una promesa de veinte no está nada bien.

Es que el dosmil era más que un año... era una meta. Todo lo que alguna vez quiso sonar a nuevo se llamó "2000". Fútbol-2000, Aeropuertos 2000, Windows 2000... hasta pastillas antisépticas para inodoro. Si señores... las "2000 neo-flushes" venían con fragancia a futuro.

Tan fuerte era el mito que nos inventamos el Y2K bug. ¿A que lo habían olvidado? El mundo iba a acabar por la imposibilidad de las máquinas de reconocer el cambio de milenio. Las máquinas no tuvieron problemas... los que todavía no podemos aceptarlo somos nosotros. Seguimos clavados en un futuro que ya es pasado.

1984
Gran Hermano te está vigilando
Claro... si de futuros hablamos no podemos perdernos a Orwell.
George Orwell escribe en 1948, ya enfermo de una tuberculosis que lo terminaría matando un año después, un futuro pesimista, la perfecta distopía cuyo pilar es "la neolengua": un nuevo idioma con el que sea imposible expresar pensamientos en contra del sistema y, a la larga, de incluso llegar a pensarlos. A la "neolengua" le agrega el "doblepensar", una forma de mantener ideas contradictorias de forma totalmente coherente para el individuo, un billete a la confusión mediante el cual el Partido siempre tiene la razón.

Además de la constante re-escritura de la historia para ajustarla a las necesidades del gobierno y, por supuesto, las telepantallas; con ellas todo es controlado, son los ojos y los oidos del Gran Hermano y eliminan por completo la intimidad a la vez que martillea constantemente con propaganda política.

Durante años teóricos capitalistas usaron este futuro para alertarnos del peligro comunista. Por suerte el comunismo no existe más y la reescritura constante de la historia, el "doblepensar" y las telepantallas nunca llegaron a existir... Esperen unos minutos, voy a liberar a Irak para que no haya irakíes muertos y vuelvo. (¿Creíste leer lo que leíte? No creo... esta nota será scanneada en los próximos 20 segundos por el sistema spider/echelon y será reescrita bajo las directivas del Gran Hermano.

Mariano, al confesionario por favor.

Futuro imperfecto
Abandonamos el sueño de las estrellas, les dimos la espalda y nos metemos cada vez más adentro de nuestros cerebros. Lo cyber, reemplazó a lo espacial. Del espacio no vienen especies a visitarnos sino meteoritos asesinos. La Xenofobia espacial está en su auge y hasta nos jactamos de ello. Perdimos el candor, claro... ya no nos imaginamos un mundo igualitario, vestidos de lycra en dos colores al estilo Star Trek. No imaginamos replicadores de alimentos que acaben el hambre y las enfermedades. No proyectamos un nuevo ágora griego a escala planetaria en busca de la paz y la justicia.

Hoy el futuro es viejo, ya pasó y vivimos en un presente caótico quejoso y eterno.

Mañana
Mañana existe. Ya sea circular como pensaban los aztecas, semicircular como los griegos o lineal como los judeo-cristianos... el mañana existe. Si nos resignamos a olvidarlo, estaremos condenados a vivir éste eterno presente, tan pero tan pugatorio en el que nos encontramos.

Como dijo Annie, luego de sufrir la orfandad, el maltrato y el desprecio...

Cada vez que me siento triste y sola
La cabeza levanto y digo así, sí.
Seguro que hay sol, mañana,
Vas a ver que pase lo que pase...
Sale el sol.
Mañana, mañana, te espero,
Te falta un día para llegar.

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